Quizás este tema es muy pretencioso, pero como todo en nuestro Universo, es de libre acceso para quien se esfuerza por comprender. Vemos cómo han accedido a algunas de sus claves la ciencia y la tecnología. El humano ha desarrollado, para bien o para mal, una segunda naturaleza en el planeta. Para bien o para mal? Esto no vamos a discutirlo por ahora. Habría que analizar y comprender caso por caso, de lo general a lo particular, de lo particular a lo general, y cada uno puede llegar a una conclusión según su marco de referencia valorativo. Pero nos interesa subrayar el «libre acceso a las fuentes» que pone de manifiesto todo este proceso. Con o sin respeto por la naturaleza, por la humanidad y por cada ser individualmente considerado, se ha investigado y mutado la tierra, el agua, el aire y el fuego, para decirlo con palabras totalizadoras que utilizaría algún sabio antiguo visitándonos. Estamos sufriendo y también disfrrutando de los resultados de estas investigaciones y su aplicación práctica. Cada tanto nuestra Tierra respira hondo y nos tose, o nos vomita (ella como nosotros, en sus sagradas leyes, es libre), pero también nos acuna y sostiene con su nutritivo amor.

Imaginemos ahora una ciencia consciente y amorosa, respetuosa de la maravilla y el poder de recuperación de la naturaleza. Una conciencia insistentemente libre y solidaria, jugando a ser Dios y construyendo con verdadera inteligencia. Imaginemos miríadas de «hackers» minando alegremente la estructura pesada y vieja de lo creado con intereses ciegos y primitivos. Imaginemos un gran tornado de creadores introduciéndose en los vacíos que existen en la gran maquinaria de los involutivos, haciendo estallar y florecer semillas frescas, en traviesa complicidad con la madre Tierra y el padre Cielo. Imaginemos… estos «hackers», unidos, jamás serían vencidos.

Como sabemos, también se hacen intentos, a veces exitosos, de mutar y manipular las conciencias, pero aquí pienso que se han topado con una gran barrera y un freno. Las claves más profundas de cada ser humano sólo son accesibles a sí mismo. Puede acceder a ellas y compartirlas sólo si quiere. La manipulación del libre secreto de cada conciencia es imposible forzándola desde afuera. En este vacío de poder radica la gran posibilidad. El proyecto entonces sería conocer para jugar, y jugar limpio. Jugar creando y compartiendo. Con profundo respeto por las sagradas claves de Todo, y agradecimiento por la libertad de la Vida. Quizás de este modo Ella nos quiera compartir sus más secretas fuentes de regeneración.